3 ene 2012

Noches en soledad



Hubo un tiempo, en donde la gente cuando moría solo iba a un solo lugar: a la tierra. No existía el alma, no existía el amor ni el odio, no había sentimientos todos eran grises, y las flores solo eran blancas...no recuerdo, si en realidad el color existía o solo eran sus ojos los que no los veían. Estas personas no tenían dioses ni demonios, es que como ellos decían siempre "Esas cosas son para las personas con imaginación, no para nosotros", eran cascarones vacíos con un corazón que solo bombeaba sangre.
Un día, llego una mujer, era de gestos raros, pero había cierta gracia en su forma de ser. Así como llego, se conmociono al ver aquel lugar tan vació y sin alma donde, según lo que veían sus ojos, era todo de colores, las flores blancas eran rojas, amarillas, lilas...no alcanzaban las palabras para describir la belleza del lugar, y todos la señalaban por su extravagancia a la hora de hablar.
Llevaba consigo una cruz y una biblia, ella decía que Dios lo creo todo, que solamente era cuestión de creer y mucha gente creyó en el, y mucha gente la señalo por ello. Al final del día, ella se sentaba bajo un árbol grande, y solo miraba el cielo como oscurecía y pensaba dentro suyo los porque de tantas personas ven  gris y vació el mundo.
Y lo entendió tan simple, ellas nunca sonrieron, nunca sintieron la felicidad, su vida solo fue trabajar y alimentarse, nunca tuvieron tiempo para sus hijos, para amarse o para pasar momentos juntos, ella alzo sus cosas y se retiro de allí, perdió las esperanzas de cambiar aquel lugar.





Si estas triste, sonreí.
Al menos vos, sentís algo.

Días blancos...no existe lo normal, no existe mi vida. Mi destino es ser un fantasma en la memoria de las personas.

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